CazaTormentas del Sur

Muchas veces desde este sitio he nombrado al Derecho de Precedencia como elemental forma de respeto hacia el Orden natural de nuestro Planeta. Derecho de Precedencia que nada tiene que ver con ordenamientos jurídicos, tiene que ver con un nivel de conciencia que favorece la visión sobre elementales reglas de convivencia planetaria. Tiene que ver con el sano juicio de respetar lo que estaba antes de iniciar una actividad humana en cualquier punto de esta Tierra. Es anteponer al afán de lucro de algunos hombres, el reconocimiento del inteligente trabajo previo que realizó la naturaleza. Es reconocer que por alguna razón existen los bosques, que por alguna razón el agua nace limpia, que por alguna razón este Planeta no diferencia fronteras. El trabajo de mantener la vida en esta casa espacial, NO puede seguir siendo ignorado por seudos progresistas, que solo quieren ver progresar el tamaño de sus bolsillos. Desalojar Pueblos nativos de sus propias posesiones, asesinar humildes aborígenes, arrasar selvas, envenenar la tierra, nada tiene que ver con altruístas fines. Destruir la Bio diversidad, matar ejemplares formas de convivencia con la naturaleza, nunca puede ser esgrimido como un avance del progreso. Mantener a las comunidades nativas en el entorno que les pertenece, respetar sus formas de vida, acrecentar los lazos de raigambre con sus tradiciones, eso es ser civilizado. Respetar al otro sobre nuestros propios  intereses habla de superioridad. Abusar de desconocimientos legales de quienes son verdaderos poseedores de tierras, habla de una mezquindad sin límites. Respetar a quienes estaban antes, es respetar el Derecho de precedencia natural. Derecho que por ser de conciencia, pareciera que es invisible para quienes gozan de ciertos privilegios económicos. Sería muy sano que en estos momentos en que comunidades aborígenes argentinas son desterradas, violentamente condenadas a la mísera dependencia de limosnas,  nos hagamos eco de su resistencia y solicitemos sean respetados y valorados. El hombre debe dejar de ser su propio victimario. La pobreza de alguién, su escazes de recursos económicos, su diferencia cultural, no debe ni puede ser tomada como excusa para imponer su desaparición, en pos de un supuesto progreso. La indiferencia ante el reclamo de respeto y tolerancia de su natural forma de vida es simplemente, aberrante.

Martes 26 de abril 2011

Oscar Monjelat -Director Grupo Caza tormentas del sur –